Los materiales recuperados en superficie y en los niveles revueltos excavados muestran una gran proporción de artefactos asociados a la Edad del Bronce en relación a otras cronologías. Esto hecho puede indicar que ésta sea la principal fase de ocupación de la cueva. La tipología cerámica de los materiales de la Edad del Bronce apunta o bien a una ocupación prolongada o bien a una serie de ocupaciones sucesivas, pues, el conjunto contiene rasgos propios del Bronce Antiguo (especialmente las tinajas predominantemente cerradas) junto a otros más propios del Bronce Medio o incluso Tardío (algunas decoraciones abigarradas a base de cordones digitados, cuencos carenados muy abiertos y empleo de la incisión como técnica decorativa).

Esta ocupación u ocupaciones de la cueva durante la Edad del Bronce ofrecen evidencias de diversas actividades sociales: almacenaje de productos (tinajas), consumo de productos alimenticios (cuencos y carenadas), transformación de productos agrícolas (molino barquiforme), tareas agrícolas (elemento de hoz) e incluso metalurgia (fragmento de crisol). Esta gran variedad de actividades en un yacimiento son generalmente consecuencia de una polifuncionalidad del mismo, lo que es coherente con ocupaciones de habitación, pero no tanto con el uso como lugar de almacenaje/ocultación o enterramiento (además hasta la fecha no se ha localizado restos humanos).